No hay nada que me vuelve más loco en este mundo que pensar en sus labios,
Y es que la verdad no sé por qué ni cuando empezó pero de repente lo noté,
un día caminando por la calle pensé en voz alta y no pude evitar decir ¡Es que quizás soy adicto a sus labios!
Es que quizás soy adicto a esos labios que me he cansado de besar una y otra vez, claro, en sueños ¿pero que tan diferente puede ser?
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